Este 2011 ha sido un año con mucho humo producido por inmensas llamas de fuego que han consumido más de 55 mil hectáreas de bosque.
Al 30 de abril se contabilizaron unos 1,283 incendios forestales que han convertido en cenizas bastas extensiones de pino y árboles de hoja ancha, localizadas principalmente en Colón, Gracias a Dios, Francisco Morazán, Comayagua, Olancho y El Paraíso.
Se calcula que por cada hectárea de bosque quemada se producen pérdidas económicas de 15 mil lempiras, sin contabilizar el daño a la flora y fauna.
Las autoridades aseguran que la principal causa de estos siniestros es la mano de pirómanos que le meten fuego al bosque para sacar leña y otros por el gusto de ver que los arboles arden en llamas.
Otra causa es por accidente de los productores de granos, que al preparar la tierra para el cultivo hacen rondas de fuego, las que se les van de control, arrasando todo lo que encuentran a su paso.
De los guardianes del bosque no quiero hablar, porque da coraje saber los millones de lempiras que el gobierno destina en las actividades de prevención y protección de las zonas forestales, sin obtener ningún resultado.
Una semana antes de la Semana Santa, el Congreso Nacional aprobó 190 millones de lempiras a las Fuerzas Armadas de Honduras para que conformaran el “Ejército verde” al preparar dos mil hombres como guarda bosques.
El presupuesto lo recibieron, pero no hacen nada por los bosques, los efectivos militares a saber si los reclutaron, lo único cierto es que los bosques arden y el presupuesto del Estado se destina a los militares sin resultados.
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